Ahí me senté a esperar a los muchachos… agrandado por otra Final con el milrayitas. Hasta la semana pasada lo tuve que bancar al gordo y su ego, no se cual de los dos ocupaba más espacio… ya sabés, el gordo es de la contra, ahora que ascendieron está insoportable, si hasta se hizo un cuadrito con la entrada del último partido… me contó que le mangueó la camiseta al negro y que en el tumulto algún atorrante se la birló, pobre gordo, pero igual estaba contento.
Hace años que nos encontramos después de acontecimientos importantes o cuando el tiempo nos permite. Somos siempre los mismos, el “gordo”, fana del tricolor, el “petiso” Oscar, que no le gusta el basquet y es gallina hasta la médula, entre los muchachos le regalamos una calculadora y le dijimos que la habíamos comprado en una “promoción”, casi nos mata, se tomó el café y se fue caliente sin pagar. El “peje” es otro personaje del grupo, si no viene es porque se fue a pescar, es del rojo y milrayas, pero no va a la cancha… sólo se arrima en las finales… últimamente se lo ve más seguido por el Poli. Antes venía el “Tano”, no siempre… es como yo bostero y de Peña, pero la bruja no lo deja a veces… lo que pasa es que con el pretexto de encontrarse con nosotros se rajaba quien sabe a donde. Me faltó “Pochito”, peronista y de Racing, como el General… va al Poli en los clásicos solo para ver a la gente, las hinchadas… su corazón ya lo ocupa como dice él, “” Evita y la Celeste y Blanca y no tengo más lugar”
Se va haciendo la hora de irme para casa, esta noche tengo otra Final, ya cargué las baterias a la cámara. Es tan difícil a veces soportar mis dos pasiones, la fotografía y Peñarol… es que estar en el Poli y tener la suerte de verlo desde abajo… sentir la gente, la salida del equipo, los papelitos… las puteadas…, siempre voy a estar agradecido a Pepe que me hizo del milrayitas…
Le pago al flaco Esteban, el mozo, buen cafecito me tomé, aunque los muchachos me fallaron esta tarde…
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